En dos puntos del planeta tan dispares como la Antártida y Sudáfrica, en dos entornos tan opuestos como un lago helado y el fondo de una cordillera repleta de oro, a tres kilómetros bajo tierra, en ambos casos, se libra una particular “pelea” científica por encontrar el agua más antigua, pura, virgen e inalterada de la Tierra. El primero que consiga brindar con ella se llevará la gloria.
Hasta ahora parecía que el hallazgo, de una extraordinaria importancia científica porque incluso podría llevarnos a las formas de vida más antiguas conocidas, iba a corresponder al equipo de científicos rusos liderado por Valeri Lukín, que se encuentra a las puertas de horadar el lago antártico Vostok.
Sin embargo, hace unos días los miembros de esta expedición comunicaron que no les daría tiempo a acometer estos trabajos previstos esta temporada, y que debían aplazarlos, muy a su pesar, hasta diciembre. Este anuncio coincidía con el hallazgo por parte de unos investigadores de la Universidad de Toronto de unas aguas subterráneas salinas situadas tres kilómetros bajo tierra de la cuenca Witwatersrand (Sudáfrica), que pueden haber permanecido aisladas durante miles de años, o incluso millones. ¿Cuál de las dos es el agua más vieja del planeta?
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